“...el
fetiche es una entidad de amparo hacia mí misma, protección y liberación a la
vez; da paz, tranquilidad y respuestas a aquellas cosas que no tienen
explicación. Creo que el fetiche, sea santo o non santo, es el sostén de la
humanidad."
Esa
es la esencia de Maite Torralba. Esas son sus palabras y ese es el sentido de
búsqueda que colma sus días, que la lleva a investigar historias, explorar
caminos de santos de todas las devociones y que al final del día, la lleva a unirlos
bajo un mismo dogma: el del arte como significación.
En
la muestra “Bendito Salvador II”, a inaugurarse el viernes 18 de octubre en la
Usina Cultural Sáenz Peña, vamos a conocer lo más profundo de Maite. En este
segundo capítulo que escribe sobre los fetiches, las religiones, la fe y la
necesidad de fe, la artista brasilera residente en la Argentina (¡y en la
Usina!), continúa un diálogo que empezó hace pocos años, quizás con un poco de
pudor hasta que pudo desprenderse de esa sensación y dedicarse de lleno a sus
santos y devociones.
Maite
“linkea” religiones, trabajo que le encanta y no le cuesta nada. “La finalidad
es la misma para todas: paz, amor y felicidad”. Y con esa bandera metafísica,
busca materializar aquello que nos sostiene, la fe. Ese algo que no se puede
comprender ni aprehender, cobra forma en oratorios, cuadros, estampitas
renovadas y cuanto soporte encuentre la artista para llevar lo abstracto al
mundo material, hacerlo algo más comprensible. Al menos eso.
No
sólo nos beneficia al crear, Maite también comparte sus hallazgos con lujo de
detalle, en papiros que escribe a mano, enrolla y asegura en el reverso de cada
cuadro. Ahí están las historias de sus protagonistas, los años y los
sacrificios y logros que hicieron por otros. Ninguna obra de Maite es lineal, ¡es
sensación absoluta, en multiplicidad de pliegos! Para sentirla sólo hay que
dejarse llevar. Y creer.
Los
curiosos buscadores como Maite que quieran participar en la inauguración, son
más que bienvenidos a sumarse el viernes 18 de octubre a partir de las 20hs en
la Usina. Los esperamos, fetiche en mano.
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