El
próximo viernes 5 de julio, Juan Ramón Giménez presentará su muestra “Celebraciones
porque sí” en la Usina Cultural. Lo que ustedes no saben es que la muestra, o
al menos la demostración tácita de la sensibilidad y de la profundidad de este
gran artista de las piedras, comienza ahora. En este post. Con sus letras, sus
palabras y sus sentidos. Como buen caminante, Juan Ramón construye su camino al
andar y deja trazos de lo que es y aspira ser. En esta primera instancia, son bytes, historia
y reflexiones…
Bienvenidos.
Celebraciones
porque sí.
Celebrar.
Porque sí.
El cotidiano, el abrazo que ya pasó, la mirada que
se espera, la ansiedad que no se aguanta, el tedio que nos interroga sobre la
vida, la alegría que desborda.
El tiempo que no alcanza, aún cuando sobra.
Celebrar alguna adversidad que nos enderezó, algún
pasado que nos dejó encendidos.
La realidad, que contiene siempre un posible.
En fin.
Tengo ganas.
A través de las palabras, a través de las piedras.
Porque sí.
Y los invito.
Juan Ramón Giménez.
Como
amigos de toda la vida, nos sentamos en
el sillón más cómodo a mano y jugamos con la copa de un vino. No nos importa
mucho su contenido, hoy queremos ser todo oídos…
Nací
en Mar del Plata en 1971 y en 1994 llegó de casualidad a la escultura. Después
de transitar algunos años por Diseño Industrial y Lic. en Historia, y no
encontrar (al menos lo que buscaba), me dediqué a trabajar en mármol de forma
autodidacta, tanto obra propia (esculturas y objetos), como restauración de
obra antigua.
Desde
mi encuentro con las piedras he concentrado las miradas y el trabajo en el movimiento,
la luz, y últimamente, la palabra escrita con el mármol como soporte, a veces
combinado con el papel y a veces simulando serlo. Pretendo una obra liviana,
pero no leve, algo así como lograr expresar la firme solidez de una pluma.
Me
sentiría feliz si alguien asociara mi obra al estilo wabi (tal vez sólo por
hoy). En este momento siento que juego
con la escultura y con el placer de escribir.
A
veces mis ojos ven y mi mirada es la que quiere contar, entonces me doy a la
tarea de confesar, porque sí.
Aprendí
a disfrutar en medio de las pequeñas certezas cotidianas, en medio de la
incertidumbre y aún en el desconcierto; pero sobre todo aprendí del placer de
compartir mi trabajo con quienes quieren ver.
Expuse
mi trabajo en Portugal, en Suiza, en España, en la Patagonia; trabajé en Buenos
Aires, en Barcelona, en Ginebra; visité canteras en Córdoba, en Carrara, en
Mallorca.
Participé
de Salones Municipales, Nacionales, Bienales Internacionales, ferias de arte y
colectivas; muestras individuales aquí y en el exterior; recibí avales
Municipales y varios de la Dirección de Cultura de Cancillería Argentina,
también he sido designado Embajador Turístico (MGP) y recibido gratas
distinciones en alguna ocasión, etc. En fin, datos, que si bien no mejoran mi
trabajo al menos cuentan algo de su camino; soy de los que creen que el verdadero
curriculum finalmente se encuentra en la obra.
Yo
quería ser otra cosa, y cuando aparecieron las piedras y las palabras, de a
poco opté por asistir a los cambios; reaprender a elegir, trazarse nuevos planes y disponerse a cambiar algo para cumplirlos.
Creo que si uno está atento, la vida puede ser muy larga, dure lo que dure.
Mientras
les cambiaba los pañales a mis hijos, contesté entrevistas hechas desde miles
de kilómetros, proyecté y construí instalaciones para Bienales Internacionales,
me sumergí en los encargos de obra más importantes.
En
cada pieza que sale del taller espero vislumbrar algo de mi historia y a la vez
construir una obra que esté abierta, que siga diciendo lo que no sé, que la
completen los otros, con sus historias, con sus miradas, con sus deseos.
En
fin, trato de situarme el mayor tiempo posible en ese sutil espacio que creo
establecer como La Felicidad. Aspiro a ser uno, en la obra y en la vida, creo
que ese es mi mayor desafío.
Soy
esto y espero que mi obra sea además, lo que aspiro y aún no sé.
JRG,
Mar del Plata, junio 2013.
Ya
estamos contando los días, rogamos que vuelen y pasen rápido. Queremos llegar
al 5 de julio, queremos celebrar con Juan Ramón, queremos ver qué nuevos trazos
va a dejar en nuestra Usina. Y le preguntamos qué está preparando para nosotros…
Para
esta muestra trabajé obras nuevas, y decidí presentar además alguna que otra
obra de hace poco, que tengo en el taller y no he mostrado más que en alguna
ocasión; obras que me gustan y contarían algo más de mi relación con el mármol.
Casi todas para colgar, combinando mármoles, papeles y algunas palabras.
Tengo
la intención, el deseo, de invitar a algunos concurrentes a intervenir con sus
escritos algunas pequeñas piezas de diferentes mármoles que simulan papeles.
Más
que invitados, ya somos como amigos. Y todo pueden ser parte de esta historia
sinfín. ¡Los esperamos!