miércoles, 10 de julio de 2013

Recuerdos de una noche de verano…

El viernes pasado se vivió lo que pareció una noche de verano, muy a pesar de los sacos y bufandas imperantes. No se necesitan mínimo 20 grados para sentir la vibra, sólo se requiere un enorme grupo de amigos de la Usina, muchas risas y buena charla entorno al arte…













Mariana Rodríguez Campos reveló sus más profundos sueños rodeada de amigos y familia. Fue un lujo ver y sentir los mundos interiores que se disputan la atención despierta de Mariana, una artista que disfruta mezclar materiales y llevarlos a su máxima expresión para lograr materializar aquello que sueña con tanta vehemencia.










Mientras tanto, en la Galería de la Usina, Juan Ramón Giménez demostró que el mármol puede ser el material más cálido, cercano y amigable de la tierra. En sus manos, el mármol cuenta historias, presta una oreja, declara el amor más profundo y encierra guiños de la vida real, tan tiernos y claros, que hacen mucho más humano al arte.

















Lo más lindo de este encuentro es tener a los artistas justo ahí, a mano, disponibles, abiertos y contentos, compartiendo su historia, los porqués de sus obras, y todo aquello que los inspira que luego entreveramos en las obras. 







Esta es la magia de la Usina, esto es lo que pasa cada noche que hay inauguraciones de muestras. Esto hace que cada encuentro sea estimulante y rico para todos los sentidos…





Esto hace que cada fiesta agite el clima y se convierta siempre en una noche de verano… 


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